Se ha acusado de nostálgico al socialismo. La nostalgia, cuando es activa, cuando nos obliga a mirar para atrás y reconocer los errores históricos, no solamente es sana, sino urgente. De esto se trata la verdadera nostalgia: mirar lo que no fue, o no se hizo es solo importante para entender el presente y plantear un mejor futuro. Si esto suena como un cliché, lo es. Pero un cliché que vale la pena mencionar, porque parece que se olvida a veces la función de la nostalgia.
Cuando la nostalgia es un obsesivo remordimiento, un decir desesperado, es dañino. Esa es la nostalgia que Larréategui practica en su editorial del Comercio del día de hoy. El TLC no es viable en una ecnonomía como la nuestra. Lo ha demostrado con creces México. A los mexicanos solo les falta importar tortillas para hacer tacos. Esto no solamente provoca una dependencia aún mayor, a la que Larreátegui nos augura por no finalizar un TLC con Europa, sino que detona una serie de hecatombes sociales,como migración laboral masiva, condiciones laborales dramáticas e incremento de la violencia. Si los mexicanos se hicieran preguntas inteligentes sobre su sangrienta situación, sin duda caerían en las condiciones laborales de su gente. No lo hacen, y en cambio se preguntan cómo ajustar su presupuesto con el fin de comprar más armas. Cuidado.
Cuidado con pensar que la solución de la pobreza es ganar más dinero: el efecto derrame. Hay algunos que siguen pensando así. Larréategui es uno de ellos. Pero ya no engañan a nadie. No engañan a nadie diciendo que en tanto tengamos socios comerciales más millonarios mejor nos va a ir. La verdad es que la Union Europea no puede ni consigo misma. Claro, el peligro es que esto todavía se dice. Estos columnistas que pasan de "imparciales y objetivos" en realidad hablan con una ideología trasnochada pero herida. Larréateui acusa a una determinada ideolgía "socialista" por no firmar de una vez un TLC y olvida que la soberanía no es sólo un discurso del gobierno, sino un valor asumido en la constitución de Montecristi por la que votamos la mayoría de los ecuatorianos. Por qué estos "periodistas," "intelectuales" cada que pueden se cagan en el pueblo supuestamente "ignorante." No será precisamente al revés? Esto a mi no me importa señalar,me interesa, junto, con el Gacho, un poco hacer tambalear estas editoriales insultantes, que no tienen nada que ver con una opinión formada, sino que está erguida sobre una ideología clara, que representa los intereses que todo el mundo ya conoce y no valen la pena mencionar.
De qué lado está la nostalgia entonces? O qué nostalgia es la que sirve?
miércoles, 10 de marzo de 2010
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